miércoles, 3 de junio de 2009

Eco del pasado próximo.

En un pasado bastante próximo que, en estos momentos, se percibe como tremendamente remoto y ajeno (curiosidades de la relatividad del tiempo, que indudablemente puede fluir con diferentes velocidades, pero que también puede hacerlo en diferentes sentidos, y no siempre en línea recta), Egg el Mono despertó una calurosa mañana gritando frenéticamente, una y otra vez , las siguientes frases:


Y la joven cerró los ojos, suspiró, y disparó al corazón... Pero hace años que el viejo había aprendido el oscuro engaño de cambiar el corazón de sitio. Ocultándolo, protegiéndolo...


Aunque, cuando por fin se tranquilizó, no pudo recordar por qué había hecho tal cosa.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho lo de cambiar el corazón de sitio... me he imaginado a una chica con una escopeta apuntando al corazón y disparando repetidamente mientras una y otra vez (o también repetidamente) uno cambia el corazón de sitio. Me he imaginado que al corazón nunca le daba pero que el resto del cuerpo quedaba bastante perjudicado (pero al corazón nunca le habrá dado... o sí).

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